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Fundación Círculo de Apoyo Positivo

CARTA ABIERTA DE GUILLERMO

Nunca pensé que la vida pudiese dar tantas vueltas y encontrarme en el extremo opuesto a lo que creía que sería .

Cuando supuse que ya tenía todo resuelto, un diagnóstico cambió mi vida, y con eso todo mi mundo.

Vivir con VIH no fue algo que elegí, tampoco lo busqué. Quizás fue un error, irresponsabilidad de una noche, donde la confianza, el afecto y la lujuria jugaron su papel.

Buscar un culpable es lo que me obsesionó al comienzo. Mi mente no deja de recordar cada escena, cada beso, cada conducta de riesgo, y de pronto el estrés y el sentimiento de culpa, retorcieron mi corazón rompiendo mi orgullo y dignidad, con el mantra constante de: fracasé… fallé.

Sin embargo, para mi fortuna solo fueron unos días. “Salir del closet”, por segunda vez, me salvó. Confiar lo que estaba pasando a mi familia: padres, hermana, tíos y primos, hizo que la lucha fuera más fácil, y el amor que recibí des de ese instante fue inmensurable; amor incondicional que me acompaña hasta el día de hoy. Fui, soy y seguiré siendo muy afortunado por ello.

 

Lamentablemente, ya viviendo con VIH, me he sentido bastante asqueado con la sociedad y con ello perdiendo un poco la fe en la humanidad.

La serofobia y los prejuicios hacia nosotros son reales, son un HECHO, y sobretodo me choca mucho ese juicio de valor que las personas nos hacen, solo por sentirse superiores y por la escasa información que se puede recopilar, ya sea de redes sociales o desde su propio punto de vista.

Juzgar a alguien por cómo es o por quién quiere ser; como se siente, se viste; por quien gusta o simplemente por su físico, es algo a la orden del día y creo que es muy vintage.

Una vez recibí el comentario: “se te nota”, e inmediatamente pensé: “se me nota qué?, lo inteligente que soy?, las preocupaciones que he tenido en el último tiempo?, que estoy harto de esta pandemia? Y al segundo después mi cerebro pensó y caí en cuanta: “Se te nota el VIH” y fue literal una explosión de realidad,

Exponerse de una manera a otra, a los comentarios es algo que aun no tengo asimilado, la visibilidad es algo que voy a lograr, pero enfrentarme a los prejuicios de las personas es a lo que temo.

 

Es por ello lo necesario de contar con espacios donde personas como yo, como nosotres e sientan cómodes de expresar sus pensamientos, temores, alegrías, logros y desencantos. Un espacio donde no nos sientamos extrañes ni preocupades de los prejuicios, si no más bien encontremos compañía y comprensión.

 

Hoy puedo decir que lo hecho, hecho está, que no hay vuelta atrás, pero saben el viaje hasta hoy, a pesar de las subidas y bajadas, ha sido maravilloso.

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